Lluvia en la ventana,
en mi cabeza
pero no en mis ojos.
A veces,
siento que trago
tantas lágrimas
que un día
me voy a ahogar
en ellas
o que,
si no me ahogo,
llegaré a desbordar
y arrasaré con todo
a mi paso,
como el tsunami
hizo con Sumatra.
Y entonces
no sólo me ahogaré yo
si no que
los ahogaré a todos
conmigo.
La cuidad submarina
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