jueves, 8 de enero de 2015

Frío, 
solo eso
y el vacío en el recuerdo
de los días contigo

Soledad en mi piel
deshabitada ahora
sin tus manos peregrinas
tras cada curva del camino.

Recuerdo,
eso eres ahora
y eso estás destinado a ser,
pese a mis intentos,
todos fallidos,
de alejarte de mí,
de que ni los recuerdos
burlasen las barreras de mi memoria,
casi tan traicionera como tus manos.

Atrapada en recuerdos
lugares de ensueño ahora acorralan,
semejando quizá un cuarto olvidado
que siempre regresa a encerrarme de nuevo.

La puerta cerrada.
La llave perdida.

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